Una pequeña alfombra junto a la cama parece un detalle, pero es donde comienza la mañana. Un suelo frío puede causar una sensación desagradable en los pies, creando una compresión refleja. Una superficie suave y cálida, por el contrario, da señales de seguridad. El cuerpo recibe una señal: aquí puedes ser libre. El primer paso al levantarte de la cama se vuelve agradable y crea el ambiente para un día tranquilo. Después, es fácil pasar a inclinaciones ligeras, estiramientos de brazos y giros. Todo comienza con el hecho de que bajo los pies hay apoyo o incomodidad. Una alfombra cómoda no solo es cuestión de diseño, sino también del espacio donde el cuerpo recibe el día con calidez. Después de unas semanas de este detalle, la mañana se vuelve más suave y el día más flexible.
